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En el debut homónimo de los donostiarras la idea era hacer un disco como si uno estuviera en el salón de su casa, grabando con lo que se tiene a mano y dándole con ello una inmediatez, austeridad y homogeneidad que concentraba la atención en las letras. Se hicieron las presentaciones preceptivas en salas y festivales como el FIB, para lo que se contó con la incorporación temporal de quien ahora firma sus discos como Giorgio Bassmatti y la de Yon Vidaur como parte importante del grupo, pasando a partir del siguiente disco, “A un metro de mí”, a encargarse de la producción de los elepés del combo.

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Pasado un tiempo, los tres AMA se plantearon probar algo nuevo: componer canciones o, al menos, desarrollarlas directamente en el estudio los tres juntos, Borja, Yon y Javier, grabando muchas de ellas e incorporando cualquier idea que se les ocurriera, sin premisas previas ni prejuicios. De todo ello surgió “Exposición permanente” (autoeditado, 2009), disco en el que el trío decidió encargarse de todo, desde la fabricación y montaje de las carpetas hasta la búsqueda de una distribuidora.

 

Con intención de ofrecer algo nuevo, AMA decidió volver a darle una vuelta de tuerca para preparar su quinto álbum. En lugar de publicar un elepé al uso, se irá entregando una canción cada último viernes de mes, con su portada y videoclip, con la idea de reunirlas todas en otoño ya en un disco físico. Lo que no cambia es el pop exquisito del grupo, las melodías radiantes y letras costumbristas que van de la melancolía a la felicidad y todo lo que queda entre medias.